Queridos hermanos:
Nos encontramos en el Cuarto Domingo de Adviento. ¡El Señor está muy cerca! Y viene para quedarse en nuestro corazón, en nuestra familia.
Hemos centrado el foco esta pasada semana en alegrarnos, porque el Señor nos ama con un amor infinito, incondicional. Hoy nos toca preparar su venida inminente. ¿Tenéis ya lista la canastilla para el recién nacido? ¡Aprisa! ¡Preparadla rápido, que ya llega!
Esta canastilla es nuestro corazón, donde Jesús ha elegido nacer. Nuestra canastilla debe contener lo más necesario para el Niño Jesús, que os detallamos a continuación.
Cunita
Un pesebre cómodo; una cunita agradable; un lugar calentito. El pesebre, en el Portal. En nuestra casa, en medio de nuestra familia. Agrademos al Señor con nuestra oración, con nuestra alabanza, con nuestra alegría. No nos cansemos de hacer el bien los unos para con los otros. La caridad es nuestra cunita para el Recién Nacido.
En la noche de Nochebuena, antes de sentarnos a la mesa, coloquemos el Niño Jesús en nuestro belén, orando con la siguiente bendición:
https://www.aciprensa.com/recursos/oracion-para-rezar-en-familia-ante-el-pesebre-en-nochebuena-1872
Pañales
Acudid en estos días previos a la Nochebuena al Sacramento de la Penitencia. Blanquead los linos de vuestro corazón. Modelad vuestra alma en el amor de Dios, para que en ella quepa cómodo el Mesías prometido.
Aquí tenéis un examen de conciencia como preparación a la Navidad:
Alimento
En la canastilla para Jesús no puede faltar una buena ración de Palabra de Dios y de Eucaristía. Leed la Biblia en familia, acudid a la Eucaristía cada día.
Especialmente, acudamos a la Misa del Gallo (presencial u online), en familia, así, unidos.
Y, al bendecir la mesa el día de Navidad, usemos la siguiente bendición:
Bendito seas, Padre Todopoderoso, que nos das el pan de cada día.
Bendito sea tu Hijo único, que no cesa de alimentarnos con su Palabra.
Bendito sea el Espíritu Santo, que nos ha reunido para esta comida familiar en el día de Navidad.
Amén.
Ropita
Pensemos… ¿Qué necesitará Jesús de mí? ¿Qué me pide en este momento? Quizá hoy Jesús quiera vestirse con tu humildad, con tu bondad, con tu paciencia, con tu sonrisa… Ejercitémonos en ello. Pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a ser cada día más santos, porque el Señor nos necesita así: santos e irreprochables ante Él, por el Amor.
Podemos escribir a Jesús una breve carta con aquello que le queremos dar, y dejarla en el Belén, junto a su cuna, en la noche de Nochebuena.
Sonajero
Todo bebé gusta de los sonidos agradables de un pequeño sonajero, del canto de su madre y sus hermanos… ¡cantémosle! ¡Arrullémosle! Ensayemos en estos días nuestros villancicos preferidos.
Os proponemos ensayar el siguiente villancico, para que, en la noche de Nochebuena, o en la tarde de Navidad, compartamos un rato de oración en familia, acunando uno a uno al Niño Jesús, y cantándole:
Si nuestros hijos son un poco mayores, podemos también cantar este otro canto:
Amor de Madre
Porque sin Madre, no hay Niño, en nuestra canastilla debe estar muy presente María; de hecho, debemos prepararla con Ella; de su mano, no nos olvidaremos de nada. Con su consejo, sabremos elegir los mejores pañales, las mejores ropas, el alimento más provechoso. Repitamos en nuestro interior el Magnificat: “proclama mi alma la grandeza del Señor…” Recemos el Santo Rosario en familia, cada día.
Os deseamos unos felices días previos a la Navidad, y que el Espíritu Santo nos prepare el corazón para este feliz Nacimiento.
¡Bienvenido, Jesús, a nuestras almas!

Miguel Ángel y Mª Carmen
Responsables Diocesanos de la Comisión de Espiritualidad
MFC Toledo
Me ha ayudado estas oraciones para preparar la Navidad